El proceso de asilo en Estados Unidos es una búsqueda desafiante y compleja de seguridad para aquellos que enfrentan peligro y persecución en sus países de origen.
Para solicitar asilo, la persona debe presentar su solicitud ante las autoridades correspondientes y pasar por un proceso de evaluación minucioso, lo que incluye entrevistas, revisiones de documentos y pruebas para demostrar las razones válidas para solicitar asilo.
Es importante comprender y considerar estas razones, ya que reflejan las necesidades urgentes de protección y seguridad de las personas.
Sin embargo, la nueva política de Biden ha reducido la cantidad de inmigrantes a los que se les permite solicitar asilo en la frontera entre Estados Unidos y México.
Esta política ha reducido en un 46% las solicitudes de asilo, lo que significa una disminución de más de 10,000 solicitantes de asilo al día a 3,500 aproximadamente.
Además, esta medida no atiende las verdaderas necesidades de las personas que llegan al país en busca de refugio.
Los jueces de inmigración, a la hora de analizar un caso de asilo, se basan en el miedo creíble, es decir, si el inmigrante tiene un temor real de persecución o tortura si regresa a su país de origen. Solo aquellos que pasen esta evaluación continúan su proceso, pero si no lo logran, serían deportados de inmediato o casi de inmediato dependiendo del caso.
Es importante convencer al juez del peligro que corre en su país, por lo tanto, no se deben presentar todas las pruebas, solo un nivel necesario.
Además, el proceso de asilo puede ser largo y costoso, lo que desanima a muchos migrantes.
A menudo, los migrantes tienen que esperar meses o incluso años para tener una audiencia en un tribunal de inmigración, lo que significa que tienen que permanecer en Estados Unidos sin un estatus legal mientras tanto.
El proceso de asilo comienza cuando un solicitante cubano llega a la frontera estadounidense y solicita asilo.
El solicitante debe demostrar que tiene temor fundado de persecución en su país de origen por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un grupo social particular.
Además, el solicitante debe demostrar que el gobierno cubano es incapaz o no está dispuesto a protegerlos contra dicha persecución.
El proceso de asilo puede ser largo y complicado, y a menudo implica comparecer ante un juez de inmigración para presentar pruebas y argumentos en apoyo de la solicitud. Durante este tiempo, el solicitante generalmente no puede trabajar o recibir beneficios públicos y debe esperar en un centro de detención de inmigrantes o en casa de familiares o amigos hasta que se tome una decisión.
A pesar de estos desafíos, muchos cubanos todavía eligen buscar asilo en los Estados Unidos debido a la difícil situación política y económica en su país.
Aunque la eliminación de la política de "pies secos, pies mojados" ha hecho que el proceso sea más difícil, todavía existe la posibilidad de que los cubanos puedan obtener asilo si pueden demostrar su elegibilidad según la ley de inmigración de los Estados Unidos.
La ley de deportación se refiere a todos los delitos por los que un inmigrante puede ser deportado.
Estas leyes aplican para las personas que ya han sido admitidas en el país, mientras que las que aún no lo están se amparan bajo la ley de inadmisibilidad.
En ambos casos, la persona puede ser deportada, pero se trata de estatutos diferentes de la ley.
Es importante que los inmigrantes conozcan estas leyes y eviten cometer delitos que puedan provocar su deportación.
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