El debate se celebró en la sede de la CNN en Atlanta, la capital de Georgia, en el este del país.
Se desarrolló siguiendo unas reglas estrictas: se apagaba el micrófono a cada candidato cuando terminaba el tiempo de respuesta estipulado y no había público ni teleprónter, el aparato que permite leer un texto sin apartar la mirada de la cámara.
Joe Biden y Donald Trump se enfrentaron este jueves sobre la inflación, la migración y el derecho al aborto en el primer debate de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, un tenso cara a cara en el que el demócrata llamó “imbécil” al republicano.
“La inflación está matando a nuestro país”, soltó Trump a Biden, subrayando la economía como uno de los temas centrales de la campaña electoral.
La migración, otro tema candente y favorito del republicano, no tardó en ser mencionado en los primeros minutos del debate.
Según una encuesta publicada el miércoles por la Universidad de Quinnipiac, Trump aventaja por primera vez a Biden con un 49% frente a un 45% de la intención de voto a nivel nacional
“Me encantaría preguntarle por qué permitió que millones de personas vinieran aquí, desde prisiones, cárceles e instituciones mentales, para venir a nuestro país y destruirlo”, dijo el magnate republicano.
Decir que Estados Unidos abre los brazos a los migrantes que entran ilegalmente en el país “sencillamente no es verdad”, replicó Biden. “No hay datos que respalden lo que dijo.
Una vez más, está exagerando. Está mintiendo”, añadió. Biden intenta desmarcarse de la retórica de su rival, que acusa a los migrantes, muchos de ellos latinoamericanos, de “envenenar la sangre” del país.
El derecho al aborto también fue motivo de agudas discusiones. Biden criticó severamente a Trump por su papel en frenar el acceso al aborto en el país. “Su papel para frenar el acceso al aborto en el país fue algo terrible”, le dijo el demócrata al republicano después de que su rival se jactara de haber nombrado a jueces de la Corte Suprema que ayudaron a anular el derecho constitucional al aborto.
Cada palabra y gesto de los candidatos están siendo analizados con lupa por los estadounidenses en un país muy polarizado políticamente, donde el voto de los moderados y de los indecisos en noviembre puede ser vital.
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