Vandalismo en el transporte público de La Habana en aumento
- Yasel Lopez
- 20 mar
- 2 Min. de lectura
Recientemente, La Habana fue escenario de un nuevo acto de vandalismo que dejó a la ciudad conmocionada. En el parque de Fábrica, un ómnibus de transporte público fue atacado a pedradas, resultando en la rotura de varias ventanas de vidrio.
Este ataque ha resaltado una creciente preocupación sobre la seguridad del sistema de transporte en la capital cubana.

De acuerdo con información proporcionada por el Ministerio del Interior, la colaboración de los ciudadanos fue fundamental para la captura de varios de los responsables del ataque.
El ómnibus afectado, el número 5229, operaba la ruta 23 desde la Terminal de Lawton.
En un comunicado emitido por la Empresa Provincial de Transporte de La Habana, se condenaron enérgicamente estos actos de violencia, señalando que son inaceptables y atentan contra la calidad de vida de los ciudadanos y la mejora de los servicios públicos.
A pesar de la respuesta rápida de las autoridades, el comunicado no ofreció detalles sobre la identidad de los atacantes ni sobre los posibles motivos detrás de su conducta violenta. Hasta el momento, no ha habido ninguna reivindicación pública del ataque.
Este incidente no es un caso aislado. En abril de 2024, un episodio similar tuvo lugar cuando una guagua de la ruta A27 fue apedreada en la parada de 26 y Puentes Grandes.
El ómnibus 9002 recibió el impacto de una piedra que dañó el cristal de la cabina del conductor, y poco después, otro autobús, el 8456 de la ruta A62, sufrió un ataque masivo en la parada de La Virgen del Camino, causando daños materiales y lesiones al conductor, aunque afortunadamente no hubo víctimas graves.

Las autoridades de transporte también confirmaron un ataque al autobús 5500 de la Ruta 55, que fue impactado por un ladrillo en la intersección de la calle 214.
La repetición de estos incidentes ha generado un clima de inseguridad y preocupación entre los usuarios del transporte público en La Habana.
En conclusión, el ataque al ómnibus 5229 es solo una de las múltiples aristas de un problema más amplio que afecta a la sociedad cubana.
La seguridad y la calidad del transporte público deben ser prioridades para las autoridades, así como la atención a las necesidades de los ciudadanos que dependen de este servicio vital.
La falta de acción y soluciones efectivas podría exacerbar la frustración y el descontento en un pueblo que ya enfrenta desafíos significativos.
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